28-01-09
Por primera vez, me ‘expreso’ con tanta sencillez y sabes muy bien que no me caracterizo por ello. No sé quien eres, no sé que clase de nombre leo mientras vagamente pienso; sólo…percibo y allí te encuentro, tan mía…tan soluble y ajena. Imagino voces, ¿Serán tuyas?
Me trae nostalgia el no encontrarme entre cada gota de tinta que derramo con torpeza sobre esta nota sin ser impresa. Cuánta calma me trae el imaginarte. Te lo doy todo en el vaivén de tu irreconocible presencia. ¿Quién eres? ¡Muéstrate!
Entre el sinfín de horizontes que se muestran en la fragua de mis somnolientos parpados, sollozante te veo… realzo mis manos, tratando alcanzarte. ¡Estas tan lejos..! Ya no hay senderos, tal parece que no hay más sueños en los qué dormitar. La nitidez de mis pupilas se ofusca, ¿sueño? –¡ja!-, sólo un par de lagrimas que aclaman ser liberadas… ¿Por qué tan traslucidas? ¿Por qué tan demencial ha de ser el sortilegio que representas?
Delega respuestas abstenidas para mi entre el azar del otoño y sus hojas secas. Relégame de tus desaciertos de invierno y hazme primavera…
Permíteme reconocerte, leer tu nombre en los umbrales de mi inconsciencia, se veraz… se mi tino… y desconciértame… exacerbera mis sentidos con el disfraz menguante de tu voz. Te siento; mas, no te tengo.
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