lunes, 31 de diciembre de 2007

Lugubre Romance

Nostálgicas melodías traen consigo el recuerdo que me hace pensar en tu ausencia. La transparencia de la verdad me hiere, mientras los minutos que sin ti paso me consumen en medio de la soledad que me hace prisionera a la añoranza y, al tormento de no tenerte a pesar de que mi todo grita por ti, y, padece por ti…

¡Mírame!, represento los restos de aquello que el tiempo al acoplarse a la distancia mató. Sobreviviendo en líneas y plasmándote mi sentir en las mismas, tratando de expresarte levemente cuanto he de desearte, mientras que desolada en los suburbios de lo ajeno me encuentro anhelándote.

He de llorar por ti, por el hecho de aceptar que lejos de mi estás. Con éstas lagrimas he de argentar tu nombre en mi memoria, logrando hacer de el, algo que ni el tiempo podrá olvidar, pues, protegida bajo el regazo de mi ser osarás estar.

Mi llanto es acompañado por el consuelo que la madre luna nos proporciona mediante el llanto con que en silencio la noche lava lamentos en los que al recordar la mortalidad solemos ensuciarnos, al soñar realizar nuestro último deseo mortal.

Bajo la lluvia, contemplando la belleza que irrumpe en el cielo al pensarte, me percato que un ser vagante, sin rumbo ni cuerpo, yace atrapado en el viento. Llena de miedo y sentires bellos, me acerco. El viento toma la forma de tu cuerpo, mientras el silencio de forma inhóspita se atreve a robar aquello con lo que de manera extraña, haces de mi dolor algo tan bello como el llanto que tu recuerdo en mí liberó, tu voz.

Estupefacta, me limito a tan sólo suspirar, mientras me pregunto si esto es real. Me acerco a dicho ser, esperando que al acariciarle, logre sentirte allí. Pero, en medio del sigilo de la eterna noche, un susurro te aleja de mí, llevándote de nuevo al lugar en que los sueños comparten lo que solo suya hace la realidad.

Camino, siguiendo los pasos que deja la decepción. Pasos cuya huella fue creada con desespero y desilusión. Aquel sendero plagado de sentimiento, ha de llevarme a un bosque fúnebre y sombrío. En su entrada, yace una lápida en la que forjado con sangre, presumo está mi nombre.
Tal verdad, me obliga a pensar que solo vivirás en mis sueños, mientras yo, en los tuyos renaceré junto a las sombras que de tu lado me separan entre la distancia.

De nuevo, aquel espíritu se incorpora en el viento. Esta vez, logró inmutar mi cuerpo, y obligarme a verte como algo ajeno. Mientras rompes los lazos que dividen a la realidad de la ilusión, y al sentimiento de lo cierto, te posas frente a mí, ¡trato de ser inmune ante ti!, < ¡No puedo! >, ---Grito. Cayendo postrada frente a ti y, a la lúgubre verdad de que no estás---. Tú, sin aún comprender, te acercas a mí, borrando toda marca dejada por el tiempo, mientras logro sujetar tu cuerpo, consiguiendo rosar nuestros labios, dando lugar a la fecundación de algo proveniente de la lujuria, haciéndote tan mía como ajena, y tan real como el beso que tu prisionero como mensaje me da.

Sumergiéndome en el éxtasis que irradia el pudor de tu suave piel, te miro, esperando dibujarte en mi mente, con tanta delicadeza como con la que mi imaginación logró crear algo tan perfecto como tú; Mi eterno delirio…

Eres…aquella cálida brisa que al humedecer mi impura piel, ha de transformase en el elipsis soñado por seres mortales, vistiéndome de plata al bañarme del bronce con el que el cielo se disfraza al irrumpir en nuestros sueños...

¿Qué eres? -me pregunto en silencio-, tal vez solo seas una verdad atrapada en lo irreal, una verdad condenada a, sin razón alguna, en sueños vagar, obligándome a seguir el rastro de aquellas lagrimas que reposan en lo inerte haciéndote inalcanzable. -Prefiero pensar que mi ausencia es lo que prohibida te hace ser-, así que, de igual manera, he de condenarme a vagar…en busca de ti; mi amor prohibido.

-¡Vago en sueños, mientras vivo de tus recuerdos!-.

Así que ahora me pregunto, ¿He de pecar, al entregar mi sentir a algo que no siempre estará para mí?, o si ¿Este es el precio que hay que pagar, por un bocado digno de mortales, al besarte? Dime ahora si entre sombras podrás ser mía. Mientras hago de ti; de tu cuerpo y de tus labios, mi fruto prohibido… mi perdición, aquello que me condena a buscar perdón en medio de la distancia y tu olvido.

Nostalgica Despedida

Bautizas un veredicto basado en la destrucción, con la palabra gloria. Martirizando la identidad de la falsa verdad que como aurora rodea tu ser, apaciguando toda virtud existente, haciendo de ella en quienes la poseen, su peor defecto al brotar de su voz, para revocar aquello que recóndita y llena de lamentos la han de torturar en la mísera y vana “gloria” del desconsuelo creado por tus arcanos sentimientos yacentes en lo prohibido. Evocando del exilio, aquello que creía haber perdido entre tantos sueños, entre tantos pensamientos…entre recuerdos que destierro de lo que quiero, pues, sólo son sueños, ya que no te tengo… no podré tenerte más.

En mi mente. Mientras contengo la fuente de llanto que libera mis impurezas, recito aquello que acabo de describirte levemente, tratando de decirte el grado con el que me hieres, al obligarme a de forma tan inoportuna y extraña, despertar de este sueño, y matarlo con el baño de oro en el que fallecen toda ilusión al sentir aquella brisa, creada entre los destellos que son irradiados durante el ocaso del amanecer, destellos tal vez de luz, tal vez de sentimiento, al desterrarte de aquel lugar en el que bienvenida, libremente podrías pasearte frente a mí, y manipular lo más bello que podría guardar y, sentir; solo por ti.

Esta vez, la resignación logró vencer mi dedicación, ya que contra la elocuencia de tus palabras no puedo luchar, y la sensatez de mi sentir me impide pedirte que oses retornar de la decisión que acabas de tomar.

Me pregunto, cómo puede ser tan hermoso, percibir aquello que anuncia el fin de algo tan genuino, al inducirte al lugar olvidado de tu sentir, sumergiéndote en la nostalgia, sin poder salir de ella, sólo naufragando sin cesar dentro del mar de lamentos que el cielo llora al percatarse de que pronto, te ausentarás. Mientras las olas que yacen bajo aquella espesa gama de niebla, profanada de suspiros y sentires prohibidos, inmuta aquella fragilidad que con vida mantiene mi cuerpo al caer sobre mí y desgajar deliberadamente mi piel, como si esta fuese tela y, el viento, con la frialdad de desconsuelo, empieza a deshilar aquellos trozos de tela, con la misma rapidez con que el tiempo desgarra mi sentir, al decirme que no estarás para mí.

Algo hay de ti en mis recuerdos, que hace que mis noches sean eternas, al irrumpir inhóspitamente entre los pensamientos que nacen en mi desvelo, pero, no entiendo por qué aun te quiero, mientras que tú silencio y desconcierto, destruirán todo lo que yo, por ti he llegado a sentir.

La nostalgia que corroe mi percibir, al decirme que pronto habrás de partir, se apodera de mi cuerpo, haciéndolo ajeno al movimiento. En tus recuerdos me pierdo, mientras que en tu olvido, extingo el tiempo que pronto te llevará consigo.

Mis manos, a pesar de que se limitan a tan sólo palpar estas teclas, aclaman sentir de nuevo la sensación de tu cuerpo, la forma en la que solían amoldarse a tu cintura; y, la razón que las obliga a desearte.

Cómo podría despedirme de ti; mi anhelo revivido entre esto, que al terminar parece solo un mal sueño.

Cómo podría dejar de sentir. Dime, mi querido ser de ensueño; ¿Cómo podría yo, hacer eso? si mi defecto me condena a sentirte… sólo a eso.

Con un beso cello éstas líneas, mientras que con deseos trato de borrarte de las mismas, a pesar de que sé que, tu recuerdo vivo y latente, inhibido permanecerá, esperando algún día poder despertar.

En compañia del silencio

Desconozco esto que al pensarte he de sentir. El anhelar escucharte decirme libremente lo que sientes, empieza a ser, sólo un sueño más.


Tu voz, hermosa se torna al llamarme. He de sentirme caer en ti al percibirte, pero, me pregunto si te sueño, o fue real este bello beso, pues, la dulzura de tus labios osa complacer mis deseos, mientras mi tacto se amolda en tu cuerpo y, mía te siento.

Como quisiera lograr sucumbir tus sentidos, para liberar aquello que me mantiene sujeta a ti, tu voz, de un mortuorio destino en medio de la opresión del silencio.

Atrapada en mis anhelos, solo te pienso, mientras detallo aquella belleza con la que vistes al despertar, haciéndome prisionera del recuerdo, y esclava del tiempo que me aleja de ti.

Tú, eres aquella quien irrumpe en mi oscuridad. Tan sólo con regalarme una sonrisa, con palabras… la haces mía.

Con delicadeza, en un beso a ti me entrego, saciando toda mi sed con tus labios; dando lugar en mí, a una nueva adicción llamada amor. Así que me detengo a preguntarte, ¿Osas convertirte en mi perdición, al sumergirte en la lujuria de mis líneas, amada mía?

Te otorgo silencio, pues, he de callarte con un beso. Mientras consigo encontrar aquel regazo que me acobija bajo su protección, en ti.

Te quiero, y lo grito mediante estas líneas, a pesar de que me soborna el silencio, ofreciéndome conservar dentro de sí, mis más oscuros secretos. Secretos como los que ángeles se atreven a ocultar bajo el resplandor de la luna.

Intrigada debido a todo esto, una nueva pregunta me he cuestionado -¿Acaso, hemos de heredar el pecado de ángeles con deseos carnales, al renacer entre la inmortalidad?-.

En un mundo fuera de lo real, han de desatarse preguntas tan abstractas como su procedencia. Pero, de forma extraña, en el te veo, sonriendo, en compañía del silencio.