viernes, 3 de julio de 2009

Otoño...

19-02-09

En un grito atravieso las dimensiones que procuraban limitarme y me encuentro bajo la perfección absoluta del otoño, cada hoja posee una de tus características, acoplándote al cálido sentir de mis emociones e inexplicables pensares; me rozas, me acaricias, ¿acaso me palpas? El viento succiona las imágenes que denoto en mi estación predilecta. Grito de nuevo. Sigo sin verte. Muéstrate mientras evocas incipientes preguntas sobre tus contornos ilegibles atiborrados de minuciosas teorías marcadas con proezas concebidas en los sosiegos del alma, mientras a través de algún cristal grisáceo intento verte indagando en perspectivas ajenas… para sentirte mía.

Aquí busco, aquí me pierdo… aquí te siento. Las hojas no paran de caer fragantes, desprenden algún aroma sanguinario descrito por tu nombre. Todo coordina con el frenesí en que ahogas mis sentidos trémulos y ansiosos. Realzo mi rostro para sumirme en la mas pura de las entregas, en un halito empiezo a comprenderte; ---Y llamaba frenesí a lo antes mencionado. ¡Ja!- perdí parte de mi visión, solo observaba la intromisión de sombras en los cuerpos de sus respectivos amos… solo detallaba como el olvido nos seguía de cerca y los matices les inmortalizaban. Vi como en una sonrisa imperceptible te dedicaste a la relatividad del todo que somos al aceptarnos como incompletos.

Tretas…sinfines de infortunios tomaban mi sencillez, me reconocí como compleja entre lo incomprensible aún sabiendo que allí yacías tu. Tomaba cientos de hojas para inmacular mis manos, incrementando aquel fortuito juego de colores y pinceladas al que jugabas, siendo yo, el cincel de lo inmemorable. Entre dicho vaivén, reconoceré tu esencia y la haré soluble entre mis labios, dibujare entre los tuyos el despliegue de memorias punzantes con un dulce beso que confitará los vestigios amargos de tus recuerdos… y serás de nuevo aquella estación predilecta plagada de calma e inmutables sensaciones y facetas en las que escucharé tus pasos como el aire que de mis pulmones es liberados con extenuación. Así…

Y es entonces cuándo al pensarte me veré inundada de simplezas, haciendo de tu presencia el matiz de mi paz. Te reconoceré ésta y cada noche como otoño, y ese será tu nombre. Dibújame… dibújate. Muéstrame como eres al despojarnos de márgenes sin trazos ni rutas: dibújanos. Deja los martirizantes alardeos sobre las cargas de las que te libras y compleméntame entre el vals de innumerables hojas secas, dancemos…. Dancemos entre lo tangible, entre el pulso desenfrenado de las palabras con que obraremos hasta conocernos; sólo… una pieza, sólo una leve y breve tertulia de sensaciones deseadas… sólo, drena un poco de ello en mis venas y deja caer el peso de tus alegorías sobre mi piel, pues, he de transmutarlas en caricias indelebles.

Con detenimiento leeré mas allá de cada letra que compone tu nombre, otoño.
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Dedicado a alguien...
A ti, Otoñito, y sabes muy bien el estado en que me encontraba en esos momentos; esa es mi excusa del por que de ciertos errores.. jejej..

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