viernes, 3 de julio de 2009

¿Capricho?

27-02-09
Alguna brisa fresca, unas cuantas peticiones por cumplir y, el cambiar constante y precipitado de los trasfondos del cielo al leer mi fatídico nombre. Complazco carencias ajenas, haciendo de mi arte el tino complementario para concebir en otros efusiones casi afrodisiacas; hago esto por placer, porque entre tantas musas, hoy una de ellas me pide algo especial… hoy me pide que le otorgue el candor veraz y fugitivo de algunas palabras sin mucha relevancia y, dependiendo de su perspectiva, poco sentido; aún así, le escribo… --te complazco--.

Pocas fronteras he conocido, pocos senderos he discernido, toda ruta se me es ofuscada ya que los sabores me reconocen como prohibida; incluso me veo relegada de rasgos infalibles con que apoyo mis erróneas percepciones sobre el torrente de facetas con que te espero en calma. ¿Serás mi musa esta noche? Los fármacos no surten efecto ¿tan ineludible eres? Las mascaras no ocultan mi verdadero rostro ante las vociferaciones de un desconocido, todo se quebranta como el cristal, mi respiración se cuela entre los espacios de pulmones vacios y vanos, mientras en cada suspiro grito uno de mis etéreos deseos.

¿Musa o dueña? ¿Cómo te percibo?---Simplemente, entrañable y curioso.

Algunas veces sintetizo lo que creo sentir y siento, en un solo nombre, es difícil discernir entre tantas muertes y nacimientos el augurio de lo que realmente prevalece; a veces todo es predilecto, mas, la espontaniedad hace de las suyas cuando a espaldas estamos y solo sonreímos sin egoísmo. Aquí estoy ahora, viendo los trasfondos de tu sonrisa mientras tu voz ruboriza mis mejillas. Puede que lo haga desde lo incierto entre mentiras, pero… cada despojo, vestigio y espacio te materializa como la encarnación de algo creado solo para las palabras; y, en el tenue ocaso de la bombilla titubeante de mi lámpara, puedo posarme sobre ti e incrustar las palabras en tus oídos como si fuesen ráfagas de viento ante las brasas del averno diciéndote otro de mis deseos en un quejumbroso esbozo de timidez, ¿cederás? –me pregunto.

Otra brisa de antaño, curiosidades y necesidades que prevalecen. ¿Cuántas peticiones se arraigarán a mi clemencia trastornada? Un nuevo ciclo crea incipientes estribillos para tu nombre, encadenando mi voz a recitar melodías taciturnas ante los monótonos días en los que viajas… aquí sigo, haciendo de tu sombra el rostro de alguna pesquisa enardecida. Enumero mis ansias y te vistes con ellas en el simbolismo de alguna plegaria, desmesurando lo irreconocible al concebirme en un vertiginoso brío de palabras sucumbiéndose sin ser expresadas.

Alguna brisa fresca… un suspiro que te enaltece.
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Dedicado a alguien..
A ti, Otoño... ^^.

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